sábado, 14 de enero de 2012

El cuerpo del alma. Lajos Zilahy.



Naturalismo tardío para un novelón de época basado en experiencias biográficas. De otra época, claro. También se tradujo como la Cárcel del alma y cuenta al modo costumbrista la vida de una pareja de jóvenes desde el comienzo de sus amores en las fiestas mundanas de la ciudad de Buda en Hungría, las visitas a los salones, el cortejo, hasta que su felicidad tiene un encontronazo con el comienzo de la Primera guerra Mundial. Casi seiscientas páginas de literatura realista y convencional.

Aunque la novela tiene cierto valor testimonial y descriptivo, tanto de la sociedad pre-guerra como de la situación de los soldados alistados a su pesar. No obstante, lo más interesante de esta "telenovela" folletinesca es la descripción del conflicto de la protagonista, unida existencialmente a un marido que a los pocos días de casarse es movilizado y hecho prisionero por el enemigo y al que no sabe si volverá a ver. La presión que ejerce la sociedad contra sus instintos y su necesidad de continuar su vida.

Aquí os dejo un texto sobre del autor copiado de Biográfias y vidas:

Lajos Zilahy. Narrador y dramaturgo húngaro. Dotado de una minuciosa capacidad de observación que dejó plasmada en casi todos sus escritos, destacó sobre todo por un puñado de novelas que, traducidas a muy diversos idiomas, se difundieron como auténticos best-sellers por todo el mundo durante la primera mitad del siglo XX.

Sus primeras inquietudes literarias le llevaron a enfocar su reveladora lente novelesca sobre los problemas morales y las vicisitudes sociales que envolvían a las clases burguesas europeas del período de entreguerras, aunque posteriormente se fue decantando por el análisis de otros grandes grupos sociales de poder, como la aristocracia y las altas esferas financieras.

Finalmente, en una tercera etapa de su producción novelesca, coincidente con la fase de su vida que se desarrolló en los Estados Unidos de América (en donde fijó su residencia a partir de 1948), Lajos Zilahy cultivó una prosa bastante menos ácida en su sátira social, ahora suavizada por la evocación nostálgica de tierras lejanas y tiempos pasados.

Entre las principales narraciones extensas del escritor húngaro figuran algunos títulos que, traducidos al castellano, hallaron un amplio eco entre la crítica y los lectores españoles. Así ocurrió con Primavera mortal (1922), Los dos prisioneros (1927),Algo flota sobre el agua (1928) y, muy especialmente,El desertor (1930), una interesante reconstrucción novelesca de las experiencias vividas por el propio autor durante su intervención en la I Guerra Mundial. Además de estas obras, Lajos Zilahy escribió otras novelas de gran interés, como las tituladas El alma se apaga (1932), El ángel enfurecido (1953) y El siglo feliz(1960).

Pero sus habilidades en el cultivo de la prosa de ficción no se limitaron a la redacción de narraciones extensas, ya que también cosechó grandes elogios con sus brillantes relatos breves. La mayor parte de los cuentos de Lajos Zilahy vieron la luz a través de varias recopilaciones, entre las que sobresalen las tituladas de Gran dilema, El velero blanco e Idilio de pescadores. Por último, en su faceta de dramaturgo, el escritor estrenó en su país varias piezas teatrales que también contribuyeron a acrecentar su prestigio literario; entre ellas, cabe recordar las tituladas Süt a nap (Luce el sol, 1924), A tábornok (El general, 1928) y Tüzmadár (El pájaro de fuego, 1932).




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