lunes, 25 de marzo de 2013

Antología. Stéphane Mallarmé


Ya que Mallarmé es un escritor complicado y que su traducciones al español son bastante deprimentes (en concreto los traductores de la edición de Visor  -son muchos, incluso Octavio Paz aparece por ahí- plantean "recreaciones" de los poemas: cambian de orden los versos, no respetan las puntuaciones, ni siquiera las más exigentes como los puntos, los guiones o los puntos y coma, y en ocasiones, lo que resulta mas molesto y ridículo, fuerzan la rima y el ritmo) quisiera trascribir un pequeño juego que han hecho los editores mostrando diferentes versiones de un poema de Mallarmé según la perspectivo o el gusto de quién traduce. Resulta un buen ejercicio para los lectores.


TRES VERSIONES DEL ABANICO DE MME. MALLARMÉ


Primero de todo, la versión original en Francés:

AUTRE ÉVENTAIL DE MADEMOISELLE MALLARMÉ.

O rêveuse, pour que je plonge
aun pur délice sans chemin,
sache, par un subtil mensonge,
garder mon aile dans ta main.

Une fraîcheur de crépuscule
te vient á chaque battement
dont le coup prisonnier recule
l'horizon délicatement.

vertige! voici que frissonne
léspace comme un gran baiser
qui, fou de naître pour personne,
ne peut jaillir ni s'apaiser. 

Sens-tu le paradis farouche
ainsi qu'un rire enseveli
se couler du coin de ta bouche
au fond de l'unanime pli!

Le sceptre des rivages roses
stagnants sur le soirs d'or, ce lést,
ce blanc vol fermé que tu poses
contre le feu d'un bracelet.


Explican los editores en una nota a pié de página que van a mostrar tres versiones diferentes del poema en castellano. Una traducción en prosa, "tan literal como la consienta la índole del idioma" que permitirá "entender" todo lo que se pueda "entender"; una segunda traducción (mucho más peligrosa) "rítmica" para comprender lo que "no se puede comprender" forzando el contenido cuando sea necesario; y finalmente la tercera traducción, que procura crear de nuevo el poema adaptándolo a las singularidades del idioma, "con una equivalencia que esté más allá de lo literal".

Veamos. (La verdad es que hacen un poco de trampas para que la versión literal no quede bien)

I

Oh, soñadora: para que yo me sumerja
en la pura delicia sin camino,
sabe, por una sutil mentira,
guardar mi ala en tu mano.

Una frescura de crepúsculo
te llega a cada compás
cuyo golpe prisionero hace retroceder
el horizonte delicadamente.

¡Vértigo! he aquí que se estremece
el espacio como un gran beso
que, loco de nacer para nadie,
ni estalla al fin ni se apacigua.

¿Sientes el paraíso feroz,
lo mismo que una risa enterrada,
fuir del ángulo de tu boca
al fondo del pliegue unánime?

El cetro de las riberas rosas
estancado sobre las tardes de oro, éste lo es,
este blanco vuelo cerrado que tú dejas posarse
contra el fuego de un brazalete.

II

Oh, soñadora: para hundirme
en la pura delicia sin senda,
aprende, con sutil error,
a guardar mi ala en tu mano.

Una frescura de crepúsculo
te llega entre palpitaciones,
cuyo latir opreso ahuyenta
delicadamente el horizonte.

¡Oh, vértigo! ya se estremece
el espacio como una gran beso
que, loco  de nacer en vano,
ni estalla al fin ni se apacigua.

¿Sienes el fiero paraíso,
como una risa subterránea,
fluir del rincón de tu boca
hasta el fondo del pliegue unánime?

He aquí el cetro de las playas rosas
suspensas en tardes de oro:
vuelo blanco que cierras y posas
junto al fuego de tu brazalete.

Aquí empieza el genio creativo del traductor a hacer de las suyas, aún así no está tan mal y aunque pretendía imitar los efectos rítmicos y las armonías prodigiosas de Mallarmé se ha mostrado tímido en su intento.

Ahora viene la buena, el traductor ha convertido el texto de Mallarmé en un poema absolutamente diferente:

III

Oh, soñadora: para hundirme
en delicioso vuelo arcano
quieras -sutil error- asirme
del ala, cogida en tu mano.

hay frescor de ocaso en la lenta
pulsación, y al presto latido,
delicadamente se ahuyenta
el horizonte estremecido.

¡Oh, vértigo! ya, tembloroso,
el espacio un beso parece
que, loco de nacer ocioso,
ni estalla ni se desvanece.

¿No sientes la huraña ventura
-y sorda como sonrisa exánime-
que mana de la comisura
de tu labio hasta el pliegue unánime?

¡Oh cetro de la tarde rosa
que, en oro quieto, reverbera:
blanco vuelo que al fin se posa
junto al ascua de la pulsera!


Resulta evidente que de un poeta solo podemos traducir su cosmovisión, sus palabras, lo más literalmente posible para acercarnos a la estructura de su pensamiento. Lamentablemente algo se pierde siempre en las traducciones, la parte no comprensible de los poemas: el ritmo y la armonía. No obstante, al intentar adaptarlo (una empresa arriesgada si se trata de un virtuoso del verso como Mallarmé) perdemos la posibilidad de acercarnos al pensamiento del poeta en virtud de intentar algo imposible: traducir la parte no racional del poema.

La recreación del poema no es traducción, pensar en lo que el poeta hubiera dicho en nuestro idioma es recreación. Lo mejor sería, quizás, una versión intermedia: decir lo más literalmente posible lo que está escrito el poema, respetando puntuaciones y el orden de las palabras y adaptar las frases a la intención estilística del poeta sin que "suene mal" en castellano. Parece fácil.

De a otra manera lo único que se consigue es poner de los nervios a lectores como yo.

Y de regalo, "L'Après-midi d'un faune" con debussy:








.....................

Aquí un poco de publicidad si me permitís.

isolagnosis.blogspot.com.es

www.facebook.com/isolagnosis












No hay comentarios:

Publicar un comentario