sábado, 11 de enero de 2014

Meditaciones. Franz Kafka.



No es un libro más de Kafka, sino una especie de recopilación de textos del escritor que tienen en común la reflexión y el pensamiento. Aunque es un poco aleatorio, algunos de los textos tienen mucho interés y quisiera hablar de ellos uno a uno.

La verdad sobre Sancho panza.

Con el correr del tiempo, Sancho Panza, que por otra parte, jamás se vanaglorió de ello, consiguió mediante la composición de una gran cantidad de cuentos de caballeros andantes y de bandoleros, escritos durante los atardeceres y las noches, separar a tal punto de sí a su demonio, a quién luego llamó Don Quijote, que éste se lanzó inconteniblemente a las mas locas aventuras; sin embargo, y por falta de un objeto preestablecido, que justamente hubiera debido ser Sancho Panza, hombre libre, siguió de manera imperturbable, tal vez en razón de un cierto sentido del compromiso, a Don Quijote en sus andanzas, y obtuvo con ello un grande y útil solaz hasta su muerte.

Curiosa paradoja en la que Kafka señala que Sancho y Quijote son dos versiones de uno mismo y también sobre la profecía que no podemos evitar que se cumpla y que finalmente sucede, precisamente por querer evitarla. Pero también por el dejarse llevar y por algo que él mismo hizo constantemente: analizar sus actos. De hecho mientras escribo esto me doy cuenta de que es una perfecta introducción al libro.

El silencio de las sirenas.

En este texto escribe Kafka:

Pero las sirenas tienen un arma mucho más terrible que su canto, esto es su silencio...

Prometeo.

Una vez más, otra reflexión sobre la culpa y también sobre como algo "tan importante" puede no ser nada. También muy relacionado con el resto de su obra. Lo pongo entero:

De Prometeo informan cuatro leyendas; según la primera, por haber delatado a los hombres, fue encadenado al Cáucaso, y los dioses enviaron águilas que devoraban su cuerpo, que siempre volvía a crecer.

De acuerdo con la segunda, huyendo del dolor de los picotazos, Prometeo se fue hundiendo cada vez más en la roca, hasta que llegó a confundirse en un todo con ésta. 

Según la tercera, su traición fue olvidada en el curso de los milenios, los dioses olvidaron, las águilas y el mismo.

Según la cuarta, todos se cansaron de lo que sin motivo había pasado. Los dioses se cansaron, las águilas se cansaron; cansadamente se cerró la herida.

Quedó la inexplicable roca. La leyenda trata de explicar lo inexplicable. Puesto que viene de un fondo verdadero, tiene que volver a acabar en lo inexplicable.


Entre otros textos también se incluye Preparativos de boda en el campo. Un cuento o novela corta, no sé, sobre la indecisión y el agotamiento que en lo formal resulta especialmente interesante por cómo el narrador se confunde con el monólogo interior del protagonista (adelantándose a Joyce y a Faulkner). Pero además, debería de ser un texto Kafkiano de referencia por cómo los pensamientos de Raban sobre las consecuencias de sus acciones y sus absurdas justificaciones y excusas se convierten en un laberinto que le paraliza e incuso llega a molestar físicamente al lector, casi tanto como algunas escenas de la metamorfosis. 

(Por cierto, en este relato también dice: "tumbado en la cama creo que tengo la figura de un escarabajo")

Pero lo que más me interesaba de este volumen era la colección de aforismos de Kafka, Consideraciones sobre el pecado, el sufrimiento, la esperanza y el camino verdadero, que nada más que por el titulo ya podría ser suficiente. 

Sobre ellos se dice que Kafka no era un espíritu filosófico y cabe preguntarse si es filosofía lo que necesitamos. Ciertamente a veces son ilógicos y contradictorios, pero anuncian una verdad y un camino. Leer a Kafka es doloroso, pero también es algo más, una esperanza indestructible.

1. El camino verdadero va sobre una cuerda que no está tensada en la altura, sino muy cerca del suelo. Seguro que parece hacer tropezar más que ser andada.

5. A partir de un cierto punto ya no hay ningún retorno. Este punto ha de corregirse.
 
15. Como un camino en otoño: apenas ha sido barrido vuelve a cubrirse con las hojas secas.
(Sobre este aforismo, de mi primera lectura, tengo escrito a bolígrafo: obstinación).

16. Una jaula fue a buscar un pájaro.
 
38. Uno se asombra de lo fácil que andaba el camino de la eternidad; es que en realidad lo bajaba. 

56. Hay preguntas que no podríamos superar, si nos viéramos libres de ellas.
 
69. Teóricamente hay una completa posibilidad de felicidad: creer en lo imperecedero, en uno mismo y no buscarlo.
 
75. Pruébate con la humanidad. Hace dudar al que duda y creer al creyente.
 
80. La verdad es indivisible, así pues no se puede reconocer a sí misma; quien quiera reconocerla, tiene que ser mentira.

... también al escribir me obstaculiza el miedo ante ti y sus consecuencias, porque el tamaño del asunto sobrepasa con mucho mi memoria y mi inteligencia. 

Y me lo reprochas como si fuera mi culpa, como si yo hubiera podido con un golpe de timón variar todo, mientras que tú no tienes las más mínima culpa, a no ser el haber sido demasiado bueno conmigo.

Y una de las cosas que más me impactó en su día (porque leer a Kafka con 15 o 16 años fue un impacto, un mazazo en la cabeza, en esas lecturas no hubo reflexiones conscientes ni nada de eso, solamente empatía y un golpetazo. Con el tiempo he podido reflexionar sobre su obra y su influencia en mí, pero siempre de un modo imposible, como si estuviera alojado en algún lugar -la problemática adolescencia- al que no puedo llegar tan fácilmente).

Dice Kafka: Con tu aversión acertabas más en mi actividad de escribir y a lo que, desconocido para ti, con esto estaba relacionado. Ciertamente que aquí me había separado un trecho sin depender de ti, si bien recordaba un poco al gusano que, pisoteada la parte trasera, se libra con la parte delantera y se arrastra a un lado. Hasta cierto punto estaba seguro, había un respiro; la aversión que naturalmente tuviste en seguida también hacia mis escritos me era aquí excepcionalmente bienvenida...
    


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