sábado, 31 de mayo de 2014

Obra completa. Miguel Valdivieso.



En la primera página del libro aparece esta frase escrita a mano:

A Xxxx Xxxxxx, para que conozca la obra de su tío Miguel. Con el cariño de Teresina.  25-nov-98

Y al leer "su tío Miguel" uno se imagina a un señor humilde y tranquilo de la posguerra, por lo que dicen, buena persona y afectivo...

Primero nos presentan al hombre, después al poeta, que a efectos prácticos son dos manifestaciones diferentes de la misma cosa, a veces contradictorias, como si la masa que forma la consciencia y el ser tuvieran una realización práctica en la persona y en sus rutinas y otra diferente en la poesía. 

En algunos poetas poesía y vida coinciden; en otros, la poesía es el camino para expresar lo que la vida no les permite; en otros, es una superación de la vida; en otros, una negación o un rechazo de la vida. Para Miguel Valdivieso en su primer libro Destrucción de la luz , la poesía es un lugar dónde esconderse y señalar algo incómodo, en los demás libros, una manifestación de su vida... y sobre su vida (y la de muchos otros españoles) caía el manto de la dictadura que le impedía desarrollarse. 

Este libro, que de no ser escrito por un poeta familiar lejánamente cercano (solamente tengo el recuerdo de unos caramelos que nos regaló Teresina, la tía de mi padre) nunca hubiera conocido, tiene la relativa importancia de mostrar el reflejo de un hombre frente a la dictadura y de un hombre frente a sí mismo, que poco a poco se reencuentra y acepta, por supervivencia, el sitio en el que le han colocado. A medida que pasan los años la tensión se relaja. Sufre la poesía, pero gana el hombre...



Lo que quiero decir es que en cuanto a poesía es La destrucción de la luz su libro más importante y el único en el que existe una disonancia lo suficientemente grande como para elevar las palabras pro encima de su significado. 

Fue un poeta menor y no tan menor a veces, desconocido, de la generación del 27, de hecho Jorge Guillén prologa sus obras completas desde la admiración, el respeto y la amistad, y es como muchos otros, un poeta no publicado, descrito por Guillen como "un escritor retirado..."

Pero dice, ademas, una frase que explica algo percibible también en sus poemas: "sintió ajeno el mundo en el que la suerte le hizo vivir". 

Cierta percepción religiosa o mística (no desarrollada completamente) de un orden universal con sus altibajos y perturbaciones y contrastes... Después, está idea, lo más interesante de su obra, se diluye y desaparece... Pero a fin de cuentas, es imposible entenderlo sin saber que su vida tenía un techo, y que como mucha otra gente, debían acomodarse a vivir en ese techo y convertirlo o excepcional en normal... y aún así, hay algo en su primer libro que parezca que quiera decirnos y no pueda...



La lluvia

III

Cae el agua a sus pies, barre las calles.
La tormenta se irrita y pega fuerte
sobre la lentitud de los relojes
y eleva el agua a su nivel preciso
para que flote el animal y el arca
y arrasen la ciudad fértiles rayos
que en vez de destruir crean un mundo.
Nasa se salva, el arte, las trompetas
ni las voces que anoche perecieron
con su carta de pésame en el pico.

IV

No nos queda ni un palmo de terreno 
donde se vea que la luz existe,
en que acudan mil lenguas homicidas 
para saber por dónde van las aguas
a contarle su amor a los ahogados.
Hay que beberse el vino con microbios, 
a veces con sirenas que nos cantan 
desde la altura de su estéril roca
y nos miran desnudo en la pecera
sin morder el anzuelo prevenido. 


Fosa Común

Cada hueso lucía
su esquelética forma.
El sol los contemplaba a unos desnudos,
a otros arropados en la sombra.
¿Cuál sería de niña,
de casada o de novia?
¿Cuáles de santos o de pecadores?
Porque en la fosa
común estaban ya todos iguales,
sin ojos para ver, manos ni bocas.
Se redujeron las distancias
suprimidos la historia 
y el soplo de sus vidas.
El hombre abstracto a solas
con sus huesos.
¡qué confusión de bodas
inesperadas!
Juntos el húmero y la rótula
que nunca se reunieron
a la hora
de nacer o morir
o beberse el amor en una copa.
Un viento los eleva de la tierra
y los asoma
a ver el otro mundo, 
con sus nubes, sus ángeles, su cola
de estrellas esperando
a que otros huesos vengan con las cosas
que les pasaron antes
a estos míseros restos que ya gozan
del silencio común, luz sin ceniza,
y eternidad perfectamente boba. 


Evasion

Al golpe del martillo y de la mano
he apretado los clavos de la puerta,
he condenado todas las ventanas
a piedra y lodo y cal e indiferencia.

He amordazado el timbre y el teléfono
y he detenido el tiempo a duras penas.
No se oye un estruendo ni un suspiro,
un idilio nupcial ni una trompeta.

Nada es de nadie, sólo las paredes
son mis oficiosas compañeras que me hablan
por debajo de la ropa.
¡Oh voces reducidas a pavesas!

Me hablan del futuro y del pasado,
del presente dormido a pierna suelta,
de la piedra que anda, el sol sin luces,
del muerto en pie y el animal que vuela.

Me hablan de este mundo y sus criaturas
y les mando callar, porque se duerman
dentro de mí mi circulo y mi viento,
mi combatido corazón de tierra.

En el pequeño espacio en que se aloja,
el tiempo hace preguntas sin respuestas.
Si ha venido la luz o si es de noche,
si aún el silencio permanece en vela.

Si todavía para estar despierto
hay que elegir la paz que desespera,
el párpado cerrado, el oído sordo
y sin posible vocación la lengua.

Al golpe del martillo y de la mano
me construyo un camino por las venas.
Si hay soledad, conmigo viene.
¡cuidado, amor, no vuelvas la cabeza!


Si habitamos una casa

Si habitamos una casa
o un ceñido cautiverio,
si la palabra en la boca 
dice o tapa el pensamiento.

ignoramos lo que existe
-lo que muere conocemos-
y la mujer al desnudo
es más Diana que Venus.

Seguimos leyendo a ratos
por perder el vista al tiempo,
aunque del tiempo y la vista
apenas ya nos fiemos.

que se arrastran los sentidos
moribundos por el suelo.
Lucidez sonido, olor,
los sabores y los besos.

El amor quema sus naves
y nos mira desde lejos.
Si me ves caer en tierra,
no me ayudes, compañeros. 












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